Las
redes inalámbricas se han desarrollado muy rápidamente al calor de estas nuevas
necesidades y hoy son muchos los dispositivos que pueden conectarse mediante
estos sistemas. Montar una red inalámbrica en casa es relativamente sencillo,
pero antes de hacerlo conviene saber si realmente necesitamos esa
infraestructura. Si sólo se desea un ordenador conectado a Internet da igual
que éste lo haga o no de forma inalámbrica. La mayor parte de los routers
inalámbricos que regalan las operadoras sirven tan sólo para conectar un par de
ordenadores a Internet, sin tener que tirar cable a dos habitaciones. Las redes
sin cables son realmente útiles cuando se dispone de varios ordenadores, cuando
el PC de casa es portátil y no se conecta siempre desde el mismo lugar, o
cuando disponemos de otros aparatos que pueden conectarse al PC atravesando
paredes. Las consolas de nueva generación, los PDA, algunos móviles, o incluso
equipos de música pueden conectarse al PC de esta forma, ofreciendo muchas
posibilidades de ocio y trabajo.
Bluetooth o Wi-Fi
Existe
una cierta confusión de siglas en tecnología
inalámbrica. Bluetooth es una tecnología que se usa para conectar pequeños
dispositivos entre sí. Su capacidad de enviar o recibir datos (lo que se
denomina ancho de banda) es pequeña y su alcance apenas sobrepasa los diez
metros. Se usa, sobre todo, para telefonía, manos libres o pequeños aparatos de
bolsillo.
Aunque
todos los dispositivos Wi-Fi son compatibles entre sí, es importante saber que
hay dos estándares: el 802.11b y el 802.11g. El primero opera a menos
velocidad, aunque es más barato. No tiene sentido adquirir un emisor rápido
para conectarlo a un receptor lento, así que los estándares deben coincidir en
todos los elementos de la red.
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